La piedrita en el zapato del cuento de turno que habita en la pareja puede ser la madre del hombre, el dinero, una amante, el amante de su mujer, su ex marido, la muerte o incluso elementos que nunca llegamos a conocer.
Los cuentos, casi todos escritos en primera persona, tienen pasajes excelentes, en los cuales el lector puede encarnarse con facilidad en los ojos del protagonista, porque el relato es minucioso en detalles ínfimos, como objetos que miran cuando escuchan ciertas palabras, gestos y ruidos.
Las palabras nunca sobran. Las emociones no están descriptas, y eso es lo que hace mucho más deprimente y dramático a las situaciones planteadas. Es como una película de terror: el mecanismo no funciona mostrando, sino sugiriendo.
1 comentario:
bueno llegué justo tendré que echarle una buena lectura jaja saludos y nos vemos seguido.
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