lunes, 16 de noviembre de 2009

Los 10 personajes más chantas de la televisión uruguaya

Tal como prometí hace 11 meses, presentó aquí mi ranking de los 10 personajes de la televisión (no políticos) más chantas del Uruguay, en colaboración con mi ayudante, el señor Estalinista Autoritario Decimonónico.

No me quedó otra que excluir a Nery Pinatto, quien a mi entender estaba demasiado involucrado con el mundo de la política y no podía ingresar en este ranking. Por mismo argumento también dejé afuera a Abel Duarte.



10. Robert Rocha (Juego de la Cédula – Director de programación de Radio Montecarlo)




Puede ser que se trate de un profesional intachable, de un tipo que se rompe el lomo laburando 12 horas por día, o de uno de los tantos uruguayos sacrificados que desayuna mate cocido. Pero lo cierto es que la sonrisa que este señor pone en el Juego de la Cédula habla por sí sola: es la de un chanta con todas las letras. No hay vuelta que buscarle. Ni que hablar si le agregamos su voz, sus gestos y la exagerada forma en que simula felicidad cada vez que recibe a alguna anciana que logra alzarse con el premio consuelo que ofrece el juego por acercarse al número ganador.




9. Fernando Vilar (conductor de Telenoche 4)

El conductor principal del noticiero más amarillista del país. Un tipo que no tuvo ningún pudor al decir que conduce un programa de entretenimientos en el 4º Encuentro de Jóvenes Comunicadores (realizado en Trinidad este año) no puede escapar de ninguna manera a este ranking. A este señor no le pidan que opine o haga juicios de las noticias que da, porque probablemente ni las entienda. Recuerdo una vez que asistí a una transmisión en directo del informativo y Vilar le preguntó a la producción qué quería decir “abuso sexual”. De aquella interrogante deduzco (y quiero creer) que es un periodista que está esencialmente para la “facha”. Y si no es así…



8. Homero Rodríguez Tabeira (el 5 de oro - avisos de Roemmers)



Detrás de su sonrisa apenas sostenida por un gasto desconsiderado en Ultra Corega existe un personaje que de seguro debe haber pisado varias cabezas para encarrilarse en el mundo de la fama. De otra forma no se explica cómo hizo para haber logrado mantenerse tantos años con la conducción del codiciado 5 de Oro. Por lo demás, es muy gracioso escuchar y ver a este señor hablar, no sólo por su voz de papa, sino por esa constante sensación de que el adherente de la prótesis dental le va a fallar en cualquier momento.


7. Carlos Tate (Entrenate con Tate)


Solo un verdadero zarrapastroso como Carlos Tate se anima a dar clases de aerobics por la mañana en Vtv, junto a dos changos de Mariachi, intentando contrarrestar la creciente audiencia que por 2005 tenía “Catherine 100%”. Incluso para un canal ícono de la patética cultura deportiva uruguaya como VTV, el nombre ''entrenate con Tate'' resulta una evidente estafa, con ejercicios que difícilmente mejoren la capacidad aeróbica de la más sedentaria de las desprevenidas ama de casa que por accidente haya sintonizado ese programa. Posiblemente el mayor aumento de la frecuencia cardíaca que se de al ver ''(¿des?)entrenate con Tate'' sea cuando uno se pregunte cómo alguien que debe estar pisando el 25% (con mucha suerte) de grasa corporal pueda parase frente a cámaras con una musculosa apretada en procura de mejorar la forma física de alguien. Me saco el sombrero ante este verdadero pseudo guru mediático del fitness (a la misma altura del presentador que promueve el reduce fat fast), que probablemente sabe mejor cómo estafar a alguien haciendo de entrenador, que armar una rutina que te haga entrar en lipólisis.


6. Sergio Gorzy (Cámara Celeste – La hora de los deportes – Buscadores, y un sin fin de pedorradas más)



Qué decir de Gorzy, el cuarto maratonista que nunca baja de peso, el conductor de la sonrisa colgate clavada, el soldado de Casal, el gordito “carilindo” del verano, el relacionista público que se lleva bien con todo el mundo, el enemigo de Ríos, el de los videos noventosos de Uruguay campeón de América. Una persona chanta por esencia. Deslindado de cualquier miligramo de ética, el único fin de cada minuto de su vida es tratar de ser mediático, pero ni aunque haga sus mayores esfuerzos podrá serlo. En lugar de eso es como el payaso de la televisión uruguaya, pero sin pintura. Un gordito nuevo rico, poco transparente, acomodado y encima currero, todo lo que un uruguayo odia.



5. Julio Alonso (Los viajes del 12 – Parque Jurásico (!))




Este conductor, de la escuela más impresentable del canal 12 en los noventa, debe ser el único “periodista” que cubrió los últimos 15 carnavales de Río de Janeiro y no aprendió una sola palabra en portugués. Por lo demás, se podría decir que tuvo el curioso don de hacer destacar a Victoria Rodríguez en la conducción de un programa, porque cada vez que él estaba al micrófono en “Los viajes del 12”, el televidente terminaba por extrañar a Vicky, siempre y cuando no tuviera televisión por cable y no prefiriera mirar “Bien de Bien”.



4. Cacho de la Cruz (Parqué Jurásico – El show del mediodía – Cacho Bochinche)



Otro dinosaurio de la peor escuela de canal 12. Cacho tiene el mérito de haber conducido los programas más deprimentes de la televisión uruguaya. ¿Qué es peor que almorzar un domingo al compás de la musiquita del “qué será, será” del Show de Mediodía? (la mejor respuesta sería masturbarse mirando a Chichita) ¿Qué era más triste que prender la tele un sábado de mañana cuando éramos niños para ver si en una de esas encontrábamos dibujitos, y encontrarse con Cacho, Laura y Ultratón? Y hoy en día, ¿Qué es más lamentable que Parque Jurásico? ¿ ¿Es posible algo más aberrante que Cacho+Julito Alonso? No lo creo.


3. Humberto de Vargas (Desafío al Corazón, - infinitos programas para rellenar tiempos los sábados y domingos de verano en Canal 10)


Siempre se ríe. Siempre está contento. No hay forma de inyectarle un poco de tristeza y eso ya es muy trucho de su parte, porque ningún ser humano puede ser por naturaleza tan eufórico como él intenta mostrarse. Pero lo que es más indignante es que combine esa singular característica con programas caritativos como la Teletón o el viejo y fallido Desafío al Corazón. El tipo es demasiado falso para dirigir este tipo de programas. Y encima los que miramos el 10 tenemos que bancarnos su voz en cada publicidad oficial del canal.



2. Rodolfo Pereira (Punto Penal – Sin Límite – Deporte Total)

Más conocido como “el negro de Deporte Total”. Cliente vitalicio de Pizzería Venecia, Rodolfo Pereira es uno de los farsantes más grandes de la historia del triste y venido a menos mundillo de nuevos ricos del fútbol uruguayo. Este tipo, que no tiene problemas en hacer ver su mal gusto en todas las facetas de su vida, siempre está metido en algún lío o escándalo del cual trata de sacar su parte, sometiendo a la audiencia a una especie de espacio de réplica que el mismo hace en los programas donde participa. En esos minutos Pereira aprovecha para difamar a algún personaje conocido de la vida pública (que por lo general es Gabito), y además saca provecho de la situación e intenta engañar, inútilmente a los televidentes, intentando mostrarse como el principal representante de un periodismo honrado, honesto y detallista, que ni él, ni ninguna de las personas que alguna vez le dirigieron la palabra forman parte.


1. Julio Ríos (La hora de los deportes – Punto Penal)


Por si el plagado éter televisivo uruguayo no tenía suficiente drama, gritos y peleas con los programas de chimentos, las telenovelas centroamericanas de tercera y los reality shows, para todo lo demás está Julio Ríos. Este tipo es una verdadera personificación masculina de la attention whore. Si lo que de casualidad son llamados ''periodistas deportivos'' formaran un curso, Julio Ríos sería una vedette (con plumas y todo) que iría liderando a estos presentadores de programas que no son otra cosa que equivalentes funcionales de los programas de chimento, pero para hombres. Pero lejos de tener la habilidad mediática de Rial o Canosa para esta tclaseipo de programas para marginales culturales, Ríos se ha hecho famoso por intentar extrapolar el lenguaje de la biología al fútbol, utilizando palabras del estilo de “fagocitar”, que pueden ser encontradas en cualquier libro de biología de sexto de escuela. Y no se dejen engañar por este máximo generador de melodrama y vaudeville que, en dondequiera que aparezca, la experiencia más cercana a deporte que tiene son probablemente sus intentos de batir su marca personal de sesiones de cama solar en un día.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Cabo de Java, de Alistair MacLean

Hay veces que está bueno volver a libros más lineales, sin significaciones que superen el propio sentido primario de las palabras, ni prosas complejas, aderezadas o demasiado ilustrativas. Es lo que me pasó con esta novela, del desconocido escocés Alistair MacLean, de nula repercusión en Latinoamérica y probablemente en cualquier país de habla hispana.

Ubicada en plena guerra de Singapur, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la historia relata como una troja de supervivientes de la región escapan de la ciudad de Kallang a mar abierto en busca del territorio aliado más cercano: Australia. En su viaje son acechados no sólo por un clima hostil, sino también por innumerables variedades de aviones, barcos y submarinos japoneses que destruyen su vehículo de turno no menos de tres veces, hasta hacerlos naufragar en una isla.

La historia que se cuenta carece de cualquier tipo de referencia sexual, e incluso de cualquier mención especial a la vida de los personajes, más allá de las necesarias para el curso del relato. Eso hace que estos sean algo difíciles de imaginar, porque poco sabemos de ellos. Ni siquiera los diálogos logran ser demasiado elocuentes, y además las descripciones del narrador distan mucho de ser elocuentes. Esto dificulta un tanto la imaginación del lector para recrear la historia.

Pero el principal problema de la novela está en el exceso de adjetivos y adverbios con que está escrita. Esto probablemente se deba a que la traducción de la edición que leí es bastante mala. De todas maneras, se trata de un obstáculo que no sólo entorpece la lectura, sino que le saca ritmo y velocidad.

La historia va cobrando diversión en la medida que su tiempo interior transcurre. Algunos personajes son descritos en primera instancia de manera sobredimensionada para el escaso protagonismo que luego adquirirán en la novela, como el cabo Fraser. Otros se presentan como demasiado perfectos en sus acciones en relación a los demás (hasta adquirir etapas de cuasi súper heroísmo), como Nicholson o McKinnon, aunque este tipo de veneración hacia algunos personajes forma parte del género al que pertenece la novela y hasta puede enriquecerla.

Por lo demás, la novela, liviana y sencilla, es una buena oportunidad para quien quiere adentrarse en una literatura básica y lúdica, desprovista de segundas significaciones. Y no por eso es un mal libro.

lunes, 2 de noviembre de 2009

La nueva(?) historia que “engrandece” al Uruguay



Una de las escondidas causas que me llevaron a renunciar de la sección de economía de Observa fue la tortura que me significaba tener que escuchar todas las mañanas esta publicidad por una radio am.

Al publicitario que la creó se ve que le dijeron que tenía que tratar de buscar asociar la marca con algo uruguayo, porque parece que estaba instalado en el imaginario colectivo de la gente que Shneck no era una industria nacional, y ahí fue que todo se derivó en esta verdadera vergüenza nacional, que merecería ser desterrada de todas las emisoras de radio y televisión locales, sólo por haber cometido el mayor abuso de lugares comunes en la historia de la publicidad uruguaya.

Como es de esperarse de cualquier aviso berreta de esta calaña, se apela a los típicos recursos desgastados y mentirosos de lo que significa ser uruguayo. El fútbol, la murga, el barrio, el mate, el bar, los viejos jugando al truco y todas esas porquerías que los nacidos después de 1980 queremos erradicar del imaginario colectivo nacional. Como si no bastara para hacernos entender este absurdo cliché, la publicidad termina ilustrando a una especie de Wason murguista, que aparece como el principal responsable de la parte vocal del aviso.

Este tipo de recursos que apelan a la identidad del Uruguay ya había sido utilizado innumerables veces por Canarias y El País, pero nunca antes se me había ocurrido que una empresa procesadora de fiambres podía también apelar al mismo mecanismo para vender algunas fetas más de jamón.

El aviso parece tratar de comunicar que las historias de las personas que viven en nuestro país son humildes, pero a la vez honradas y grandiosas. Visto desde los ojos de un extranjero, se puede concluir que los uruguayos no sólo tenemos un pésimo gusto musical, sino que nuestras vidas son un verdadero embole.

El hecho de que nuestro pueblo se engrandezca por unos viejos borrachos que matan sus días jugando al truco, por una selección de fútbol mediocre, unos verduleros que levantan fruta en el mercado modelo por 30 pesos la hora y un murguista con cara de violador, no parece motivo ninguno para sentirse orgulloso de pertenecer a ningún país.

Un análisis pormenorizado de la letra puede sernos útil:

Hay un país distinto a los demás (no jodas, pensé que eran todos iguales)

un pueblo con mar (muchos pueblos del país no tienen mar)

descubre un nuevo día (?, se ve que había que rellenar con algo)

Veo a la gente en las tribunas del estadio en esa esquina de mi barrio, en la rambla, en el campo y en su pago natal (y en el subte Magallanes también veo gente, por dios, ¿qué aporta esta frase?)

Van construyendo las leyendas del lugar (con este criterio, cuando tengo diarrea en el baño del Intramuros, también construyo la leyenda del lugar)

Son almas que forjadoras del país (¿quién te enseñó a redactar?)

cosechan hoy, una vez más (sí, como todos los días)

historias que son tan simples de contar (re simples, como la que desencadenó el golpe de Estado del 73 o la que hizo que algunos políticos crearan la ley de caducidad)

La identidad, que sus hijos van (¿los hijos de quién?, ¿qué identidad?)

Sembrando hoy, la nueva historia que engrandece nuestro Uruguay
(si eso es lo que engrandece a un país, todos los países se engrandecen, entonces la grandeza de Uruguay no tiene nada de especial)



Y lo peor de todo es que si uno ve los posts adjuntos al video que está en youtube se va a encontrar con varios pelotudos que dicen estar orgullosos de ser uruguayos al escuchar esta canción. Incluso uno se tomó la dedicación de HACER LA TABLATURA DE ACORDES DEL TEMA. La única persona con algo de espíritu crítico opina que “esto es más de lo mismo”, y dice que si a alguien le enorgullece este aviso es “un pelotudo”. Es lamentable que estos comentarios tan certeros hayan sido mal calificados por las demás personas.

Hay que darse cuenta de una vez por todas que la cultura nacional no es el mate, la murga, el partido de Uruguay, los viejos jugando al truco y los verduleros. Es muchísimo más que eso. Es Javier Abreu comiéndose una hamburguesa de su propia mierda en medio de una performance, es una pareja de lesbianas apretando en la barra de un boliche de electrónica, es un cuidacoches que hace malabares en la esquina de Canelones y Boulevard Artigas, es un par de quinceañeros que se fuman un porrito en la tribuna Ámsterdam del Estadio. Es esta misma columna.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Electionary dispatch

Almost without natural disasters, no armed conflicts, Uruguay doesn't make it to the headlines in most foreigner newspapers and whatsoever. The elections are not the exception as nothing implying body counts, shootings or even an hybrid of urban guerrillas (somehow I'm going to mention this in a minute..)/ durg gangs going Mogadishu and shooting down a police helicoper. Hell no. If you are a journalist somewhere in the world, looking some food for sensationalism, shocking news, the elections here ain't gonna do it for you.

Still, there are some sui generis features being that Uruguay is not a purely post modern society and isn't all that politically apathic as you may find in other countries, where elections are just another transaction. Who are the big contenders here? Well, I'll introduce them starting by the one who's more likely to actually be elected. Let's start :

Meet José ''Pepe'' Mujica, the candidate for the left-wing coalition Frente Amplio. One cannot speak of Mujica without speaking of the Tupamaros, mind you, a boutique urban guerrilla formed by left wing hippies from the late 60s til the
early 70s. Why were they a boutique urban guerrilla? An urban guerrilla is a broad term and you have something like the
Iraqi Resistance in one end of the spectrum, and groups like Ireland's IRA, Spain's ETA which would fit more in the
''boutique'' category on the other side, meaning that their attacks are selective and killing civilians is not their objective. Unlike the
Iraqi Resistance (some of its factions actually), these groups don't want to kill civilians indiscriminately and deliberately
as part of their military target. By international standards, having only 2 civilian deaths in your record, as horrible as a
death of a person may be, is laughable. So everytime you hear about Mujica and the Tupamaros, take it with a pinchof salt. A Uruguayan guerrilla is not what you would call a guerrilla somewhere else. Even if its opponents use his
past against him and some scared aristocrat teabagging old lady may call him an evil ''communist'' killer, they are
overrating the Tupamaros.
What else do you need to know about Mujica? He's not your typical politician, lives in the outskirts of Montevideo, has a farm in which he works. Because of his informality and spontaneity, he earned a lot of sympathy from lower classes but also the rejection from higher classes. He's also identified as part of a ''radical'' left faction in the coalition unlike current president who may be seen as center-left and moderate. Hippie left wing militant oldtimers are all for this guy and have their back to the 60s day, the May 68 remastered in high definition, dvd quality. However harmless they seem, they can blush jihadist militants with their fanaticism. Middle class university ''socially conscious'' types are also with this guy.



Now, it's Luis Alberto ''Cuqui'' Lacalle's turn. The man is a political animal, his grand father was a politician, his father was a politician and guess what his son is a politician and his wife is a politician. Hell, I woudn't be amazed that even his pets are politicians.
That's probably all I can say to his credit. He's been around for a long time and was president during de 1990-95 period which is why he used ''with the blancos (the blanco party) we lived better''. That is probably true, for
all his corrupt felon friends who were in his government. Even his wife was involved in a corruption scandal, includingthe privatization of two banks. One of them, sold to the Rohm brothers who would later (in 2002) leave the bank empty and vanish. During these privatizations, many of his closest positions (including secretaries and ministers) received ''comissions''. One of his ministries was also involved with money laundring and off shore banking which created a fiscal paradise in Uruguay.
This is the candidate both for the aristocrat scared teabagging old ladies and 4x4 driving hillbilly wannabee tycoons who own lots of square kilometers of land and earn lots of money for extensive agriculture. Oh yeah, if something goes wrong with their business, they WILL complain to the government and demand subsidies of some kind.









Let's now move on..if multimillon corruption scandals are not your thing Pedro ''shh!...don't say my last name too loud'' Bordaberry is your guy (not that the Colorado party is free of these but the candidate, is, I guess). One thing is to spend 15 years in jail like Mujica in very bad conditions or have alcohol problems like Lacalle but having a father who cooperated with a military coup in 1973 and being the president during some period of the dictatorship,
that's another thing. Why he did it? I heard it from himself in an interview, to save the country from a freemason/ communist conspiracy. I can buy the communist thing as it was the Cold War (or not that cold..) but freemasons??
That's as random as.. :

a) Aliens (they are a top conspiracy creation driver, so let's show some respect for the aliens)
b) Yoga practitioners (I'm sure some of their positions have hidden subversive motives)
c) An army of undead garden dwarves gathering to take over.

Much to his credit, he appears to be mentally healthy in spite of a father with bizarre conspiracy theories and his discourse is reasonably articulate. He's your typical conservative candidate, he has lots of brothers who look like replicas (maybe he's some type of manchurian candidate), makes me think there was a lot of interbreeding there, typical of ultra conservative aristocrat families who look back at the thirteenth century with nostalgia. I can see Maria de la Concepción Salaberry Perez Suarez de Perez voting little Pedro along with her 9 siblings and cousin/husband after some meeting in a church belonging to the ultra conservative Opus Dei. ''Gee, what's this voting thing? The serfs vote and all!! I'll have to transfer a couple million dollars to my bank accounts in the Bahamas, just in case, how scandalous. We have it soo hard ''.
I suspect that the guy himself must be involved with some ultra catholic order with this kilometer long name people, this is probably his religious freak side and I suspect that should he win, we would be back to the inquisition times. Good party for scared aristocrat teabagging old ladies (the colorado subtype) who are afraid of the evil communist, tupamaro, possibly baby killer guy. He also tried to play it cool and even had a reggaeton song ''Bordaberry is the boss'' as part of his campaign..anyone involved in that idea deserves to be shot (Lacalle also had a cumbia...that's as distateful, Mujica had a murga not that bad, still...it's a murga, 'nuff said)



Then there are the referendums, I may have a second chapter for that. Overall, all the campaigns regardless of the parties are pathetic, the ''analysts'' who try making complex arithmetics out of polls look retarded taking obvious conclusions from fancy graphics. The TV is continuously repeating speculations from the ''analysts''. I'm sick of the facade, the circus, the carnival, the flags...none of this would happen if I was the dictator.

About the electionary dispatch : Taking out the sui generis elements of the Uruguayan election and from a cuasi nihilist, somehow disenchanted view. I write the dispach to canalize the intellectual, ethical, moral, cultural repulsion generated by the elections.

domingo, 25 de octubre de 2009

El presidente de todos

Presento aquí mi creación de candidato para la presidencia en estas elecciones nacionales de 2009. La imagen la elaboré hace un año, pero no es méritoria mi capacidad de anticiparme a los acontecimientos de esta campaña electoral, cuando el descenlace se caía de obvio.

martes, 20 de octubre de 2009

Cómo ser una pop star

Cuando parecía que Zulma Lobato había llevado la televisión argentina a la fosa más oscura del océano pacífico, mi extraña afición a YouTube me ayudó a encontrar a quién en pocos días terminará por destronarla de su reinado bizarro.

Podría decir que lo más destacado de cualquier pop star es su físico, o su peinado, o su forma de bailar, o por qué no su manera de cantar, o quizás la estética de los videoclips. Las opiniones podrán ser diferentes para unos y otros y divergirán según la estrella de turno. Pero este caso es diferente. Sí, señoras y señores. En este video que van a ver se destaca absolutamente cada atuendo que utiliza las cantante, cada fracción de segundo de puesta en escena, cada cuerda vocal de la cantante, cada gramo de su figura, cada estrofa de su lírica, cada movimiento de sus coreografías.

Se trata de la una impopular cantante proveniente de Chicago, a la que se la conoce como Jan Terri. Ella lo reúne todo, no le falta ni un atributo para ser una verdadera estrella del rock.

Les dejo a continuación su primer video llamado Losing You, que aparentemente fue filmado en algo así como un colector ubicado en pleno centro de Chicago.



Este Segundo video nos muestra una Jan más enzarzada en el complicado y estresante mundo del clip. En esta ocasión, nos sorprende con un video llamado Jorney to Mars, en el cual nos cuenta de un viaje a marte que por algún extraño motivo ajeno a la letra nunca llega a concretarse, y es sustituido por un paseo en una especie de 121 de las autopistas de Chicago. Nótese también que Jan fue una de las primeras en hacer chivos en clips, al promocionar en este video de mediados de los noventa, un celular de tapita que utiliza para cantar el estribillo.



Por último, la joyita de este artículo. ¿Qué sería de una estrella de rock si no pudiera seducir al sexo opuesto? Y sí. Jan no es ajena al juego de la sexualidad y esta vez se despacha enamorando a un vaquero western que bien podría ser el protagonista de una película de Clint Eastwood. También sus amigas, contagiadas por la popularidad de Jan, aprovechan la situación para cortejar vaqueros de menor envergadura, a través de exóticos juegos fetichistas como el lanzamiento de dardos.

Es de destacar el enfoque artístico del director, que privilegia primerísimos primeros planos a los rostros de los protagonistas, además de un final muy especial, que tiene la sabiduría de dejar sobreentendida lo que hubiera sido la situación más indignante que la humanidad hubiera podido comunicar por Internet.


martes, 13 de octubre de 2009

La estirpe del periodista deportivo

Como estudiante de periodismo me gusta el fútbol y la política. De chiquito me encantaba dibujar las camisetas de mis cuadros preferidos y coleccionar las listas de los partidos políticos en los años electorales.

Recuerdo la primera vez que fui al estadio, un Peñarol 1 Cerro 1, con gol de Dorta, cuando Peñarol salió campeón por primera vez en la década de los noventa, allá por el 93.

Un año después competía con mis amigos de la escuela por ver quién tenía más listas, en plena elección del 94. Las cambiábamos como figuritas. A pesar de que mi familia siempre tuvo un corte izquierdista, yo era “hincha” de Sanguinetti y mi mejor amigo de Volonté, y apostábamos por ver quién iba a ganar. Y sí, yo siempre ganaba, en política y en fútbol, porque era colorado y de Peñarol, y el blanco y de Nacional (hoy las cosas serían muy diferentes).

A medida que me fui convirtiendo en un adolescente comencé a mirar programas de política, casi siempre en la noche, los días de semana. En cambio, sábados y domingos eran destinados a programas de fútbol, como La Hora de los Deportes, Deporte Total (después se transformó en Punto Penal) y también Supersport.

Pero este año, algo rompió con ese orden rutinario de digerir la información. Y ese algo se llama Nery Pinatto y su programa: “Estado de Situación”, emitido los domingos, en el mismo horario que “La Hora de los Deportes”.

Cuando algunos profesores de periodismo decían que este último programa era una de los montajes guionados más grandes de la televisión actual, aparece este periodista en un canal como VTV, que nunca se destacó por su buena programación, para enseñarme que los malos periodistas no sólo están en el fútbol.

Empecemos por analizar el nombre del programa: “Estado de Situación”. Nótese que se trata de una conexión de palabras casi sinonímicas (en realidad es una frase comúnmente utilizada en la jerga económica, pero el programa no es de economía). Este nombre cumple una extraña función literaria que si bien es totalmente ineficaz, también es sorprendente: no dice nada y a la vez es redundante. Estaría a la altura de títulos como “Coyuntura contextual”, “Lugar de localización” o “Jornada del día”.

Sigamos, ya analizando el contenido, por la música con la que se presenta el programa. La producción de éste optó por elegir el tema de Fito Páez, Mariposa Tecnicolor, como cortina de entrada. Esta opción sería como optar por el violeta como color principal de la página de economía de “El Observador”, como empezar “Dicho y Hecho” a la par de una cumbia de Gilda, o elegir para cortina musical de “Zona Urbana” a un tema de Arjona.

Cuando el programa está por empezar y uno ya se convenció de que el señor Pinatto ya ha roto con todos los cánones sagrados del periodismo, ocurre lo más indignante: la entrevista. Más allá de desinformar a la audiencia con encuestas que presumiblemente debieron ser hechas en la rural del Prado, en una reunión de padres del Christian Brothers, o en un partido de rugby del Carrasco Polo, el formato de entrevista que propone es un “todo lo que no debe hacer un periodista”. Pinatto le tira flores a sus invitados de tuno, no los pone en aprieto ni los intenta sacar de su discurso, repite lo que ellos dicen de forma de incentivarlos y luego les hace preguntas cómplices (que a veces ni siquiera son preguntas). ¿Qué diferencia hay con los entrevistados de Punto Penal? Ninguna. El formato es el mismo. Este señor lleva la manera de hacer periodismo deportivo a la política. Lógico si se tiene en cuenta que Vtv es un canal de deportes más, disimulado solo por el informativo, “En la Mira” y programas de décimas de puntos de rating, como Victoria Magazine.

¿Cómo es posible que este señor tenga un espacio de televisión cuando centenares de jóvenes dejan sus tiempos de ocio para leer gruesos y aburridos manuales de periodismo de Tomás Eloy Martínez? ¿Sabrá Pinatto quién es Eloy Martínez? ¿Habrá leído alguna vez un libro?

En estas elecciones los medios han responsabilizado a los políticos por la pobreza de la campaña electoral. Bien deberían ellos en empezar por hacerse una autocrítica sobre la forma en que los cuestionan, y más aún, por quiénes son los encargados de cuestionarlos. Quizás sea ahí donde empiece el problema.

lunes, 5 de octubre de 2009

Tres Rosas Amarillas, de Raymond Carver

Este libro, publicado en 1988, contiene 7 cuentos cortos con algunas características comunes entre sí. No sólo se relatan situaciones incómodas y penosas para los protagonistas, sino que en casi todos los casos hay una relación de pareja tensa, marchita e incómoda, cuando no está totalmente disuelta.

La piedrita en el zapato del cuento de turno que habita en la pareja puede ser la madre del hombre, el dinero, una amante, el amante de su mujer, su ex marido, la muerte o incluso elementos que nunca llegamos a conocer.

Los cuentos, casi todos escritos en primera persona, tienen pasajes excelentes, en los cuales el lector puede encarnarse con facilidad en los ojos del protagonista, porque el relato es minucioso en detalles ínfimos, como objetos que miran cuando escuchan ciertas palabras, gestos y ruidos.

Las palabras nunca sobran. Las emociones no están descriptas, y eso es lo que hace mucho más deprimente y dramático a las situaciones planteadas. Es como una película de terror: el mecanismo no funciona mostrando, sino sugiriendo.


domingo, 27 de septiembre de 2009

Suposiciones


Me tomé el 60, 62 o 142, sinceramente no recuerdo, pero el hecho es que a la altura de Rivera y Obligado subió mujer joven y muy bonita, un borracho y un veterano con cara de antipático, en ese orden.

Venía leyendo un cuento de Raymond Carver y no estaba prestando atención a lo que sucedía al lado del conductor, pero al escuchar un par de voces fuera del tono típico esperable en un ómnibus miré hacia adelante. El borracho se sentó en uno de los asientos maternales, mientras discutía con la joven. El veterano comenzó a recriminarle algo al conductor-cobrador. No entendía el motivo de tal lío.

—¿Cuál es el número de este ómnibus?— decía indignado — voy a llamar a Cutcsa para denunciarte. Vos no podés dejar subir a una persona en este estado.

Era imposible seguir leyendo el libro de Carver. La escena que estaba presenciando tenía mucho más vértigo que las líneas que tenía en mis manos.

Pronto el veterano caminó hacia el fondo del ómnibus, mientras decía:

—¿Y acá qué pasa?, ¿es que a nadie le importa nada lo que pasa con los demás?— Su enojo había dejado de ser con ya sólo con el conductor-cobrador. La joven se sentó al lado mío.

—¿Qué pasó?— le pregunté.

—Nada. El borracho me tocó el culo. Y el viejo éste se calentó con el conductor. Yo que sé. No da para tanto.

En ese momento una vieja que estaba sentada en la primera fila de los asientos horizontales le respondió al viejo:

—¡No diga eso porque a mí sí me interesa lo que le pasa a las demás personas!­ — parecía que trataba de contener lágrimas de sus ojos, vaya a saber por qué— ¡A mí me interesa la ciudadanía!

Aquella última afirmación había terminado de hacer sentir ridícula a mi acompañante de asiento.

—Qué suerte que tenés de ser la protagonista de de esta telenovela— le dije.

—Salado. Este espectáculo es totalmente al pedo. No hay motivo para armar tanto lío.

La empecé a observar de otra manera. Tendría unos 26 años. Era una mujer alta, corpulenta, de físico alemán, con unas piernas muy lindas. De cerca era bastante más bonita que de lejos. No tenía rasgos muy delicados pero sí una presencia firme y segura, que se materializaba en las enormes botas marrones que le cubrían hasta las pantorrillas, pasando por encima del jean. Mientras que cualquier pendeja pelotuda de este país hubiera llenado sus pañuelos descartables de mocos luego de recibir el manotazo del borracho, esta mina se cagaba en toda la escena.

Y además había algo que no me dejaba dudas: debía ser una bestia en la cama. Le sobraba actitud para serlo. Pensé en seguir la charla pero ya se me había acabado el tema de conversación. De pronto ella me adelantó:

—¿Tá bueno ese libro de Carver?

—Sí. En realidad es el primero que leo. Son medios deprimentes los cuentos pero, bueno, creo que esa es la joda.

—Sí. Realismo sucio. Está muy bueno. —parecía que sabía más que yo; reconozco que mis conocimientos literarios son limitadísimos—Aunque ese libro nunca lo leí.

Hablamos un poco más de literatura. Le recomendé el libro de Hunter Thompson que lo llevaba en la mochila y algunas cosas más que no recuerdo. Ella por momentos seguía la charla, pero a veces sacaba su celular y comenzaba a mandar mensajes de texto, cortando así el ritmo de la conversación, que pasaba de parecerse a la de dos personas en plena confianza a convertirse en un silencio incómodo, al menos para mí, que traté de derribar haciendo comentarios sobre el borracho.

Pero sólo pude hacerlo en una ocasión. Para los futuros silencios ya no se me ocurría como entrarle a esa mujer. Por momentos creía que ella me había buscado y debía responderle, pero su indiferencia me hacía dudar. Pensé en pedirle el celular. No. Aquello era una idea disparatada. Nunca había hecho eso en un ómnibus, al menos con una mujer que acaba de conocer hace diez minutos luego de que un borracho le tocara el culo. Pero, por otra parte, ¿tenía algo que perder? Tampoco. Era sólo cuestión de probar. Quizás no obtuviera nada, pero en una de esas podría conseguir planes para el fin de semana, aunque era recién martes.

El ómnibus cruzó Cuareim y llegó a la Plaza Cagancha. Para mi sorpresa, ella se paró justo antes de que tuviera que pensar si le iba a pedir permiso para que me dejara pasar o algo más.
Sin despedirse se fue hacia la puerta del conductor. La seguí. Me puse detrás de ella y me bajé. Apenas tuve contacto con las baldosas de la plaza le dirigí la mirada. No me había visto bajar. Al hacerlo no le llamé la atención.

Caminaba rápidamente, como si estuviera apurada. Me hice el sota y saqué un cigarro –no fumo- de una caja que tenía guardada en la mochila. Mientas hacía que buscaba un encendedor en el bolsillo que sabía que no tenía, miraba de tanto en tanto los objetos sin valor de uso que suelen vender los artesanos de ese lugar. Cuando levanté la cabeza de nuevo caí en que la había perdido.

Pero no. Allí estaba, en ese pedacito de vereda que rodea el monumento a la libertad. La reconocí por sus piernas. Y quién era ese peludo con pinta de actor hipillo amateur. Los autos y ómnibus que me pasaban por la cara no me dejaban verla, verlos. Se besaron sí, lo supuse. En realidad nunca pude ratificar con mi vista aquello, pero de seguro lo deben haber hecho.

Allí estaba yo, del otro lado de la calle, con el libro de Carver en la mano y mi cigarro apagado en la boca. Caminé hasta Cuareim y o encendí. Por qué no hacerlo. No tenía nada que perder.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Miedo y asco en Las Vegas, de Hunter Thompson

¿Para qué Hunter Thompson se llenó las venas de estupefacientes, alquiló un auto último modelo y partió, junto a un samoano drogadicto, a cubrir la Mint 400?

¿Qué le aportaba derrochar pedir cuanto trago y cena fuera posible a su habitación del Hotel Mint?

Tampoco queda claro por qué se hace pasar por un tal Raoul Duke, ni por qué su abogado se hace llamar el Dr. Gonzo. Mucho menos para qué provocan a los transeúntes nocturnos de las vegas con su Cadillac blanco, por qué se les ocurre amenazar con un cuchillo a una camarera de un Bar y qué beneficios les aporta engañar a un policía sobre las aparentes conductas de un drogadicto.

Para que un periodista haga un buen reportaje no es necesario que se drogue hasta el borde de la sobredosis, ni que se complique la vida estafando hoteles cinco estrellas con pedidos estrafalarios desde la habitación.

Sin embargo, por lo escrito en sus páginas, puedo decir que se trata del mejor reportaje que he leído en mi vida. Hacía años que un libro no me robaba una carcajada en el ómnibus. Porque sí, este libro hace mucho más que robarte sonrisas, te arranca el mal humor.

No entiendo porque Thompson y su abogado hicieron todas esas locuras en su estadía en Las Vegas, pero de no haberlas hecho este periodista no hubiera podido escribir este sensacional reportaje. A veces vale la pena mentir, drogarse y robar.

lunes, 31 de agosto de 2009

Historias de Montevideo Mágico, de Néstor Ganduglia


Esta obra es un recopilado de lo que el autor llama historias de la cultura oral montevideana. El problema de este libro es que por momentos intenta emular una mirada desde un punto de vista científico social que sale bastante mal, al incluir algún que otro pié de página incompleto e incluso datos históricos groseramente erroneos.

El objetivo del libro es original y ambicioso. Pocos son los autores que se atreven a intentar dar un enfoque sino serio, o al menos contemplativo de los fenómenos paranormales que muchas personas dicen vivir y que por lo general la ciencia siempre deslegitima.

El autor hace una separación en principio correcta de los relatos que describe: no dice que sean reales, tampoco los desmiente, simplemente las trata como historias que forman parte de la cultura oral uruguaya. Aún así, en algunas circunstancias parece ser que Ganduglia se pone del lado de los fantasmas, justificando e interpretando las causas de sus apariciones y acciones. Con esto el autor pierde buena parte de su credibilidad, porque lo que hace implica mucho más que desmantelar la estructura subyacente del relato de turno. Al justificar e incluso defender las acciones de los espectros, Ganduglia deja de mirar con objetividad el relato, pasa a intervenir en él, pasa a ser parte de éste. Y eso es suficiente para deslegitimar la supuesta investigación científica del trabajo.

La poca credibilidad que le queda la despilfarra en severos errores bibliográficos y antecedentes históricos inventados. Por ejemplo, en una de las historias del libro se hace referencia a una casa supuestamente embrujada en Maroñas, que tiene un águila encima de su puerta principal. En ese relato la fecha 1971 es fundamental, porque es a partir de ese año en el que se empezaron a ver los sucesos paranormales relacionados con la casa. Ganduglia intenta buscarle la vuelta al misterio: en esa casa vivía un tal militar apodado “Pollo”. Aunque cualquiera creería que ese militar ejercía su oficio en la época de la dictadura militar de 1973-85 Ganduglia nos sorprende inventando un nuevo período de facto en 1871 (año en que Lorenzo Batlle era presidente). Esta dictadura ficticia se la adjudica a Máximo Santos, quien gobernó entre 1882 y 1886 y para la fecha en cuestión sólo tenía 24 años.

Las consecuencias que se incluyen en el epílogo son aceptables. No así la ideologización que Ganduglia hace al distinguir el modelo moderno del Uruguay de la era de la barbarie (elementos teóricos tomados de José Pedro Barrán, del libro Historia de la Sensibilidad del Uruguay; lo extraño es que Ganduglia, al mencionar el libro, hace un pié de página aludiendo a una obra publicada en 1992 y luego, en la bibliografía, el único libro que aparece de Barrán es de 1990). Parece como si no le gustara la modernidad, que lo que generó fue represión y pobreza intelectual y cultural. No tiene por qué gustarle. Pero si lo que pretende con ese epílogo es concluir un análisis serio y objetivo, debió de ser bastante más cauteloso con lo que dijo. No es de extrañarse entonces que al terminar de leer el epílogo queda bastante claro que Ganduglia haya llegado a las conclusiones que desde un principio quiso poner.

Un libro divertido pero demasiado pretencioso y por sobre todas las cosas mal hecho, y eso ya no es sólo culpa del autor sino también de la editorial Planeta, que también publicó la anterior obra que critiqué.

miércoles, 12 de agosto de 2009

“Tiempos Violentos”, de Mercedes Vigil



Este libro que dice presentar la historia oculta de Venancio Flores, en realidad es un compendio de frases entrecomilladas que no se sabe si pertenecen al mundo de la ficción o a alguno de los tantos archivos históricos que Mercedes dice haber husmeado para llenar las 200 y pocas páginas del libro.

La voz narradora la toma una supuesta negra esclava de Flores, cuyas expresiones, si bien tratan de hacer más real al texto, sólo logran sacarle toda posibilidad de fluidez. Lo que dice llamarse novela histórica termina siendo entonces una acumulación de datos que casi nunca tienen mucho que ver con la vida de Flores, sino con la historia política del Uruguay, contados por una voz que abusa de expresiones como “cosa cardinal” y “asunto serio”.

Los personajes no parecen estar demasiado caracterizados más allá de los conocimientos históricos que cualquier estudioso del pasado nacional puede suponer. Tampoco se puede apreciar una transformación en estos a lo largo de la historia, que dicho sea de paso, en realidad no existe. Porque la novela no revela (y eso que la contratapa lo anuncia) ninguna intimidad importante de la vida de Flores. No hay diálogo, no hay acciones, sólo una mezcla de pensamientos de intentos fracasados de personajes, que encima se dan el lujo de reflexionar sobre hechos que muchas veces son menores, pasando por arriba sucesos históricos que bien podrían haber tenido una profundidad mayor, como la guerra del Paraguay o la muerte de Flores.

Una novela para el olvido, que de tan aburrida que es ni siquiera pudo repetir las ventas que otros libros de Mercedes tuvieron anteriormente. Un fracaso histórico, literario y hasta comercial.

domingo, 31 de mayo de 2009

¿Invisibles?

La campaña electoral suele tener algunas costumbres que se nos pintan como invisibles de tan persistentes que son. No vemos lo que está delante de nuestras narices y sin embargo nos empeñamos en analizar los aspectos más profundos de los términos publicitarios; un cartel de “Astori presidente” con siete colores nos hace pensar que éste está destinado para captar el voto popular, mismo sentido podría tener un ritmo tropical del qki Lacalle o el nuevo regaetton de Pedrito Bordaberry.

Pero dejemos de lado estas decoraciones superficiales y sumerjámonos a través de un clavado olímpico en lo menos profundo (desde todo sentido) que tiene la propaganda electoral: los afiches ubicados en la vía pública.

Y es que hay personajes de la política que reviven de sus ataúdes cada cinco años, aproximadamente unos cuantos meses antes de que los empolvados depósitos de la corte electoral abran sus puertas para hacer la distribución de urnas por todo el país.

Así, surgen de la nada seres siniestros y carilindos que en el presente período de gobierno nunca entraron al Palacio Legislativo, ni para echarse una meadita camino al centro de Montevideo.

¿Quién carajo es Verónica Alonso? ¿Es un traba? ¿Busca captar el voto transexual? ¿De dónde salió Fachinetti (gran apellido para un político del Partido Colorado)? ¿Volverá Carlitos Pita? ¿Seguirá indicando hacia el horizonte con cara de estreñido? ¿Y qué pasó con Gustavo Osta?

¿Qué piensan estas caras bonitas del aborto?, ¿están de acuerdo con la reforma educativa de este gobierno? ¿Pagan IRPF? ¿Creen en el libre mercado?

¿De qué familias provienen? ¿De qué trabajan? ¿Trabajan…?

¿Leen “Galería” en el baño o prefieren Ovación? ¿Por qué no los invitan a Consentidas?, ¿O por lo menos a La Sed y el Agua? ¿Comen mandarinas? ¿Tienen piorrea?

Si los que diseñan estos afiches creen que los ciudadanos vamos a decidir nuestro voto seducidos por la muchedumbre que rodea al ya desconocido Daniel Lamas en un grotesco cartel ubicado Rivera y Soca (fijarse especialmente en un pelado que está bien a la izquierda, es un símil de Hitler), por el blanqueado de promoción de los dientes de Verónica Alonso que se pasea en esos carros publiciatarios que probablemente se vuelen en un futuro 23 de agosto, o por el bigote sudado de Carlitos Pita, reimpreso en una lista hecha con los ejemplares de La República que no se vendieron, sepan que están equivocados.

viernes, 23 de enero de 2009

Los diez políticos con rostros más chantas

Con un formato similar al que el bichi Gabrilo utiliza en su blog para rankear todo lo que se le cruce delante de sus ojos, me he detenido en clasificar a los personajes más chantas, con la clasificación aparte de su procedencia laboral, es decir, si provienen o no del mundo de la política (quizás en un futuro tenga que separar las clasificaciones a partir de si son o no periodistas deportivos).

He aquí un ranking con fotos incluidas de los 10 personajes más chantas de la política uruguaya. Hay caras de todos los partidos y también hay casi tantas mujeres como hombres, cifra un tanto preocupante si tenemos en cuenta las diferencias de género en las actuales cámaras. Con esto no se intentó desprestigiar a ningún partido político, ni tampoco degradar a algunas figuras públicas, sino simplemente evaluar las caras de zorros de los protagonistas políticos de nuestro país. El criterio de clasificación es en su totalidad subjetivo y acepto sugerencias sobre rostros que no he incluido o también sobre el orden del ranking.

10. IGNACIO DE POSADAS (PN)

Anteayer me fui a pasar el día a Atlántida. Caminaba junto a un amigo para tres cruces, mientras me hacía comentarios sobre la cara de De Posadas. "Tiene cara de viejo mala gente, de aburrido, de un tipo que es mala leche por gusto". Apenas volví del viaje tuve la intriga de buscar la cara del personaje y la verdad es que la descripción de mi amigo estaba en lo cierto, pero a su vez me generaba un plus de político de chanchullos, de licitaciones ocultas y ahorros ilícitos en bancos suizos. Era una cara más como de malo de películas de gangsters, de esos de la época de la ley seca en Estados Unidos, que ametrallan de chaleco y pasan el día fumando habanos.




9. CARLOS SIGNORELLI (PC)

Perteneciente al Foro Batllista, actualmente está en manos de la justicia por irregularidades en la utilización de fondos públicos durante su gestión en la Intendencia de Artigas (2000-2004). Recuerdo que hace algunos años estaba boludeando en mi PC cuando mi hermano vino a contarme la noticia. Al verle el rostro en el google no pude contener la risa. La cara de chanta que tenía me hizo pensar bastante mal de los artiguenses; no era necesario demasiado sentido común para darse cuenta que nunca tendrían que haber elegido a este personaje como intendente.


8. MARÍA JULIA MUÑOZ (FA)


La ministra de salud pública tiene un rostro afín al de las típicas zorras de izquierda. Su cara de directora de Escuela Pública hace pensar que tiene un sinfin de encuentros casuales día a día en los que debe fingir ser simpática. Su sonrisa connota una felicidad trucha, detrás de la cual se esconden intereses mezquinos que poco tienen que ver con lo que su gestión promueve. A su vez, Muñoz se caracteriza por una forma de hablar muy lenta y pastosa, que hacen pensar que se trata de una persona completamente inoperante para su cargo. En la foto se la puede ver visitando al director de "Canela y su Baracutanga", Julio Sosa "Canela", en un lugar que a juzgar por su estética parece más afín a un hospital psiquiátrico que a un sanatorio.


7. JULIA POU (PN)


Es inviable votar a Lacalle luego de observar el rostro de su mujer, la impopular Julita Pou, con plástificación facial incluída. Muchos podrían conjeturar que esta afirmación también valdría para el actual presidente, pero la cara de desgraciada de María Auxiliadora sólo nos genera una suerte mezcla de ternura y lástima que no es digna de ninguna maldad. En cambio Julita parece ser la típica mujer que trata mal a la empleada, que hace lo imposible para robarle el protagonismo a su hija durante su propia fiesta de 15, y que en su vida ha conseguido un trabajo por sus propios medios. De esta manera, Julita es la mujer pituca que 4/5 del país odian sin más motivo que el de su propia cara de mujer exitosa y explotadora de la miseria ajena.
6. MILKA BARBATO (PC)


Es impensable como recién Zona Urbana pudo escrachar a esta política durante el período de Batlle. Con la cara de trucha que tiene, los profesores de su liceo debieron de revisar su asiento cinco veces después de que Milka salvara cada examen, en búsqueda de algún trensito que justificara la aprobación ¿Quién habrá sido el desgraciado en casarse con ella? Es obvio que es un cornudo, la cara de Milka sugiere la ausencia total de lealtad, mezclado con un plus de zorra, de trepadora, de puta si es necesario, en búsqueda de una sóla cosa, la satisfacción personal. Milka, a diferencia de Julita, no tiene nada de pituca, es una chanta de mucho menor carisma, más vulgareta y, por cierto, mucho más fea.

5. SILVANA CHARLONE (FA)


Cuando busqué sus fotos en el google me encontré con algunos trabajos de quinta de un diseñador que cae en el vacío de los lugares comunes de las imágenes políticas (ejemplo: ver foto). Charlone tiene algo de Barbato y algo de Julita, siendo mucho menos extremista que cualquiera de las otras dos (ni tan vulgareta ni tan cheta). A su vez, su parentezco con Yoselem Rocamora no hace más que distorsionar aún más la imagen de la diputada, y la asocia directamente a sobornos sexuales, prostitución de alto vuelo, y lo que es peor, fútbol. En otro aspecto, Charlone mantiene un perfil de legisladora latina mexicana sexy que preocupa a las entrañas del Frente Amplio: no es fea, y todas las antiguas legisladoras de izquierda saben que por convensión deben ser un vagallo (Percovich, Nora Castro o Daisy en su momento).




4. GONZALO FERNÁNDEZ (FA)



Ex abogado defensor de los Peirano. Fernández es un tipo siniestro. No es demasiado mediático, diría que hasta discreto. Su mirada impura es chocante; hay visibles razgos de mafioso de Ciudad del Este en su rostro. Lo más paradójico de todo esto es que este señor es el canciller del país, la cara ante la cual negociamos con el resto del mundo. Si tuviera la oportunidad de estar en una reunión de negocios con él, haría lo imposible por no cerrar ningún trato e incluso no tomaría nada que viniera de su bar durante el desarrollo de la misma.





3. OSCAR MAGURNO (PC)



El "padrino" de la sociedad uruguaya, en una versión pachequista y vulgareta. Magurno es para muchos uno de los mafiosos más poderosos del Uruguay. Si bien alguna gente pone en duda esto, lo único que es completamente cierto es que su cara sí le hace honor a la nominación que mucha gente le atribuye. Miembro de uno de los sectores más conservadores del Partido Colorado, su buena relación con Tabaré Vázquez nos muestra cómo es posible separar la política y las amistades (o quizás la política y los negocios comunes). Prueba de esto es su éxito en las relaciones públicas, fundando así la asociación llamada "amigos de Oscar Magurno".






2. FRANCISCO GALLINAL (PN)




El líder de la Correntada Wilsonista basó su campaña política en 2004 con afiches que hacían acordar, principalmente por la postura en la que se mostraba, al señor Burns (ver foto): las manos cruzadas, un reloj de no menos de 500 dólares en una de sus muñecas, y una sonrisa de dueño de cabaret que intentaba sin éxito disimular su aspecto de corrupto. Es extraño que a pesar de ser líder del tercer sector con más votos en 2004 del Partido Nacional, nunca haya optado por postularse a presidente. Aún así, Gallinal ha demostrado que es un tipo con una ideología muy coherente y no ha vacilado en decidir que en las próximas elecciones apoyará a Lacalle, sin ningún motivo más aparente que el de hacer lo que hace siempre, sumarse lo antes posible al probable candidato ganador de la interna de su partido. De hecho, hace cuatro años había realizado exactamente la misma maniobra, pero adhiriéndose a la candidatura de Larrañaga, que ahora tanto extrañará los votos de la correntada.



1. LUIS ALBERTO HEBER (PN)




La eterna sombra del Lacalle. Heber tocó el cielo cuando su tocayo fue derrotado en las elecciones internas del Partido Nacional por Larrañaga, adquiriendo el primer puesto en la lista del Herrerismo para las elecciones nacionales (tras la negativa de Lacalle a postularse como senador). Pero como pasó casi siempre en las elecciones nacionales (salvo en cuatro oportunidades), el partido blanco fracasó en conseguir el gobierno y debió relegarse a la oposición. A partir de ahí, Heber volvió a ser lo que siempre fue, el secundón de Lacalle, aún más opacado que Hierro con Sanguinetti o que Nin Novoa con Tabaré.

Quizás la explicación de ser un Noob Saibot condenado se deba a la cara de garca que tiene, porque la verdad que es una inmoralidad aberrante poner una lista en la urna en la que figure su rostro. Si bien nadie ha podido demostrar si efectivamente es un corrupto, hasta los más fervientes militantes del Partido Nacional deberían admitir que se trata de un rostro impresentable.

martes, 20 de enero de 2009

Posturas turcas

Unos escasos tres días me bastaron para encontrar la fachada rimbombante del camping suburbano que emerge todos los veranos a espaldas de la fortaleza de Santa Teresa.
En un requeche de flora forestal “autóctona” costera, más de mil jóvenes se juntan en gran cantidad durante los primeros diez días a comer arroz con atún, fumar porro, tomar caipirinha y suprimir progresivamente todas sus intimidades, hasta llegar a un modelo de vida militarista-carcelario.

Lo llamativo de esta efímera modalidad de vida es que a pesar de que se trate de jóvenes cuyas hormonas desbordan la escasa capacidad impermeabilizadora de sus calsoncillos, bombachas, tangas y en mucho menor medida slips, las intimidades sexuales son las que quedan menos expuestas en esta convivencia. De hecho, salvo por algunos casos de exhibicionismo sexual de algunas muy poquitas parejas que intentaron animarse a hacer el amor a las cuatro de la mañana a más de cien metros de un pub playero, en plena oscuridad, la cantidad de orgasmos que gozan estos jóvenes en su estadía es mucho menor a la que tendrían si permanecerían en Montevideo. Así, la barrera público-privada no se separa más que por la tela de una carpa de Tienda Inglesa, que no siempre esta bordeada por un toldo.

Los fracasos exhibicionistas de los muchachos quedan despellejados en su rotundo fracaso a hacer el amor en las carpas, casi siempre por miedo a hacer ruido. Los que lo hacen en la playa no se dan cuenta que serían mucho más atrevidos si hicieran una escena de sexo violento en plena metrópoli campestre, donde la densidad llega a 5 carpas por decena de metros cuadrados. Todo esto es una lastima para los voyeuristas, que deben salir con las linternas por la playa para intentar buscar una masturbación como la que encontrarían mirando en la ventana del edificio de enfrente en plena capital.

Y hablando de la autosatisfacción, decir que las condiciones estructurales del camping la limitan hasta el punto de que hay que ser un verdadero valiente para poder autosatisfacerse con calidad. La popular “paja”, tan común como mal vista, no tiene lugar en un lugar donde se hace alarde de los cuerpos trabajados, de los bikinis a medio poner y de las colas esféricas femeninas. Todos los signos dicen sexo. Nada, ni siquiera un metro cuadrado se presta para la autosatisfacción personal, salida sexual fracasada para los valores comunes del camping.

La intimidad disuelta y el fetichismo del turco
En todos los demás aspectos (los no sexuales), especialmente si se trata de necesidades humanas, este camping genera en los jóvenes una suerte de voluntad expositiva que se demuestra en la necesidad, a priori inviable para cualquier Despótico Ilustre, de montar la carpa en medio de la muchedumbre de telas que de por sí contaminan cualquier intento de generar cierta nobleza estética en un bosque costero artificial típico de la región.

Así, todos pueden saber quién uso qué ropa el día anterior, y no mediante un ejercicio de memoria, sino solamente al ver la ropa colgada de la carpa vecina. De igual manera se puede escuchar la música de nuestros linderos, e incluso deleitarse oliendo la preparación de un arroz con arvejas.

Cuando alguien decide ejecutar un eructo a lo Pavarotti, o un pedo soberbio, es escuchado por todo el vecindario, a la par de una ensalada musical que combina a NTVG con unos peludos con guitarras que intentan tocar temas de cuatro cuartos de los años setenta, a la vez que toman caipirinha de una suerte de vasija no muy naturista hecha a base de un bidón de plástico.

Pero en este conventillo voluntario lo mejor pasa en los baños. Nada diferencia a la ducha de este camping con la que se podía ver en la impopular e infravalorada serie emitida en 2003 “Tumberos”. Un conjunto de hombres desnudos, casi siempre desconocidos entre sí, comparten (además de la extraña experiencia de verse lo que siempre han tratado de taparse) el ruido que se desprende de las órdenes del capataz de duchas, un personaje de extraño oficio (si los hay), cuyo espíritu de vocación pasa por tratar en desigualdad de condiciones a los bañistas: mientras que él siempre está vestido, las demás personas se desnudan ante su presencia. De seguro esto le debe generar una alteración importante en su personalidad, que se expresa en la forma con que apura a quienes se pasan de sus cinco minutos reloj de aseo personal.

Después de pasar por esta prueba, lo que termina de romper cualquier intimidad es la experiencia de enfrentar una taza turca. Salvo una pequeña casa de baños ubicada cerca de la playa la moza, todos los servicios higiénicos cuentan con turcos. Quienes se animan a cagar en estos verdaderos agujeros negros en circunstancias normales son personas con algún fetiche cropofágico en el mejor de los casos, cuando no es un cuadro psiquiátrico más complicado aún. Sin embargo, en este camping, cualquier persona, sin importar el posible origen aristocrático de su familia, no tiene más opción que ponerse de espaldas a este pozo de aguas oscuras y siniestras, bajarse los pantalones, ajustarse a una postura que evite la alineación de las nalgas con la ropa que acaba de desprenderse y hacer una fuerza superior a la que necesita una mujer puntadelesteña para eliminar sus seis días de estreñimiento luego de fracasar tomando siete “Ser Ciruela”. A todo esto claro está que salvo que efectivamente tenga este tipo de problemas, una vez expulsadas las heces, cualquier persona va a demorar al menos unos quince minutos en limpiarse, porque varios de los y las acampantes confesaron que se trata de una pose que ensucia mucho más las nalgas que un simple inodoro.

A esto hay que sumarle que esta ejecución se hace prácticamente sin ningún tipo de obstáculo visual que cubra la identidad física de la persona, porque las puertas de madera que tapan los cubículos casi nunca poseen tranca y son tan bajas y cortas de que no sólo no impiden que se vea el color y el diseño de la ropa que el cagante se acaba de desprender hacia sus tobillos, sino que incluso una persona de altura superior a un metro ochenta puede verle sin demasiado esfuerzo el rostro al usuario (y observar el consecuente cambio de gesticulaciones que se da segúnla etapa de defecación).

Sheetfields
Por todo esto no es raro que los visitantes menos integrados a esta suerte de conventillo carcelario, opten por un método de supervivencia que si bien es un poco más riesgoso desde el punto de vista de la integridad de la persona, también lo es un poco más emocionante (y a priori más privado).

Es así como surge Sheetfields (en realidad el nombre correcto es Shitfields, pero la obviedad de su nombre propone un cambio por razones convencionales). Se trata de un terreno, tabú para los campistas de los suburbios de la zona del conventillo, que está delimitado por estandartes fácilmente comprensibles para los visitantes ocasionales. Cuatro rollos de papel indican los vértices de las hectáreas de terreno que componen este bosque plagado de tiras de material higiénico flameante, cuyas manchas marrones cuentan al visitante que cerca de allí hay un tereso que debe ser esquivado. Otro código implícito de este lugar es que dos personas diferentes jamás pueden hacer sus heces en un mismo lugar, si esto pasara, el propio bosque encantado se encargaría de expulsar de sus campos al plagiador, mediante castigos específicos que hacen que huya de la zona.

Así como el bosque castiga a quienes copian la forma de cagar de un visitante anterior, también gratifica a quienes le hacen ofrendas (quienes defecan con abundancia en algunos lugares estratégicos). No es raro que caigan rollos de papel higiénico del cielo para quienes cumplen de gran forma con los requisitos implícitos del lugar.

Otro castigo que el bosque no tolera reside en espiar a un visitante mientras está en plena ofrenda. Si uno ve a lo lejos a un ofrendante debe huir como pueda, porque si llega a ver los ojos de la persona en el momento sagrado, podrá generar en su cuerpo una gastroenteritis aguda involuntaria provocada por el efecto psicológico de la no comprensión de una ofrenda ajena.

La oferta para los acampantes de espíritu ilustre, los Sheetfields, resulta entonces un cuadro mucho más noble.

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